jueves, 24 de octubre de 2013

CONMINA O REVIENTA




         Desde que se manifestó el feliz advenimiento de FuturasHijasMías, todo han sido facilidades.

         Alguno de los contratadores del pluriempleado Epigrafista (y no miro a nadieee), haciendo gala de la comprensión, el compañerismo y la pía humanidad que se le presuponen, se aprestó a negarle sus derechos laborales, primero, y a aceptar a regañadientes “te voy a hacer el favor”, después. Eso sí, de derechos convenio-paternales, ni hablar del peluquín, oiga, hasta dónde vamos a llegar. Tendría usted que embriscarme a Cerbero con un manojo de informes en cada boca conminándome a darle lo que es suyo, mire usted, yo por las buenas ni hablar. Es que no puedo hacer nada, sólo soy la que más manda de aquí. Que Dios le ayude, compañero (porque lo que es yo…)

Sus vais a enterar

         De los dos jefes de la Madreconcarné (si, dos, habéis leído bien, se ve que para sujetarme no basta con uno solo) (mira que si hago yo todo el trabajo y ellos se dedican mayormente a cobrar un pastizal), uno manifestó la más absoluta indiferencia (encubridora de fastidio, sospecho) y el otro disimuló (antecedentes hubo  “tengoparamíquehijosdesosnosondeverdá”) bajo el epígrafe  “peroqueparezcaquevoydecolegaylegalporlavida” con una estudiada cara palo. (Advertido por la Madreconcarné, perseveró en su yerro: defendella y no enmendalla, sí señor, así vamos a llegar lejos. De momento, has afianzado el rencor maternal dotándolo de hondas y sólidas raíces. Si supieras lo que te conviene, ofrecerías un sacrificio de mil pollos en desagravio a la Magna Mater y luego huirías despavorido al confín de la tierra). 

Eso sí, ambos manifestaron serias dudas de que me correspondiera lo que, efectivamente, mandan las leyes y quedó articulado pormenorizadamente en todo tipo de boletines oficiales desde la noche de los tiempos (qué cosas tengo, de verdad), por lo que me conminaron a elevar yo misma consultas a la más alta instancia (que no, que no hago yo su trabajo, para nada).
  
Escila


Hidra
 


 Escil-Hidra o Madreconcarné en modo conminativo.
 
         Ha habido diversas respuestas cosmológicas a tanto dislate junto: nos salió un ratón en la oficina, que campa a sus anchas entre cables y cartapacios, y recientemente se verificó una ampliación del epigráfico contrato por parte de su otro (y mucho más razonable) empleador. “¿Pero tú le has explicado tu situación?” Dijo la primera. Pues ya ve usted, también hay gente normal que no tiene problema con respetar los derechos laborales vinculados a la paternidad. Unos perturbados, lo sé.
 (¿En detrimento tuyo? ¡Qué casualidad! Yo es que no puedo hacer nada, tengo las manos atadas, ya ves, tendría usted que embriscarme a Cerbero etc…  Ha, ha, ha, mía es la venganza, estooo, joróbate Flanders)



Futuras hijas mías:

1.- No hace falta que traigáis un pan bajo el brazo. Para hacer panes ya estoy yo. Vosotras nos habéis traído una ampliación de contrato, que con los tiempos que corren, es mucho mejor. Si es que ya venís acertando desde el principio. Así me gusta.

2.- Esto lo escribe vuestra madre por quejarse y hacer la gracia. Ni que decir tiene que los miembros del clan dieron saltos de alegría y se aprestaron a cumplir con los deberes que les puse. Ya sabéis: el ajuar de Ordoño y Ramiro, la cortina de vuestro cuarto, los dibujos animados, el armario lleno…

2 comentarios:

  1. Ay, madre. Hay que ver cómo está el patio... y las oficinas ni te cuento. Un besote.

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  2. Ya te digo. Viva la legalidad y los derechos laborales.

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