sábado, 31 de agosto de 2013

LA CANCIÓN DEL VERANO. EPÍLOGO.


 Juego: encuentre las siete diferencias entre la barbacoa estándar y la barbacoa epigráfica.

 


Ahí van algunas:

 1) La elaboración de ensaladas, guarniciones, salsas u otros acompañamientos, así como el adobado previo de los elementos a depositar sobre la parrilla, depende enteramente de la buena voluntad de la Madreconcarné, no sintiéndose ésta en ningún momento coaccionada por las circunstancias.  Por lo tanto, casi nunca hay nada de nada y nos comemos lo que sale de la barbacoa a pelo.

 2) De ordinario es el Epigrafista el que compra los elementos necesarios para su elaboración, no sin antes comerse el tarro grandemente sobre la conveniencia de uno u otro compango.

 3) La barbacoa epigráfica de pescado es tan buena o más que la de carne.

 4) Ni el Epigrafista hace preguntas impertinentes al terminar el proceso, ni la Madreconcarné tiene motivos de mosqueo derivados de la barbacoa.

 

P.S. El fin de semana que viene es la fiesta del lugar. Hay concurso concejil de tortillas, en el que participarán la Maestra, la Madreconcarné y Mamimanitas. No prometo trilogía, pero algo contaré.

  
 

Futuros hijos míos: "no despreciéis a la serpiente por no tener cuernos, pues puede reencarnarse en dragón", digoooooo, que mola el día de barbacoa.

 

viernes, 30 de agosto de 2013

LA CANCIÓN DEL VERANO III

 
 
 

Partzrí: la barbacoa epigráfica. Proceso.

 
3.- Preparación:

 
El Epigrafista se pertrecha de todo lo necesario para el evento. El entusiasmo vertido, así como las cantidades de condumio previsto, es directamente proporcional al tiempo transcurrido desde la última vez. Excepción a esta regla es la cantidad y calidad de cerveza adquirida con motivo del evento, la cual guarda relación directa con el número de miembros del Ente que se prevé asistan a la preparación de la misma.
 

Con el paso de los años (y de los infortunios parrilliles), nuestro héroe ha adquirido amplia experiencia de las pitanzas más o menos convenientes y adecuadas para sus tórridos fines. Sin embargo, quién sabe si contagiado por ese ansia innovadora aquemelocargo inherente a los experimentos de la Madreconcarné, o porque la necesidad es madre de toda inventiva, anualmente se aventura con alguna primicia.
 
En cuanto al combustible, los principios son claros: en presencia de leña suficiente, el carbón es reputado deletéreo para tan nobles fines. De ser necesario, se enviará a los menores del clan al bosque soto estante, en compañía de lobos y otras alimañas, para que recojan la madera necesaria, so pena de fuertes castigos (en todo caso, se les podría dar una caja de cerillas para que se calienten las ateridas manitas mientras cae la nieve).

Avisados los menores que ronden por las cercanías, éstos se aprestan gozosos a colaborar en la noble tarea de nutrir al clan por medio del tajazo y el fuego. El Epigrafista, cual moderno flautista de Hamelin, se dirige al leñero con la chavalería detrás en formación de a uno. Parte la leña con un hocil que corta tanto como un manojo de cucharas (ya era viejo en tiempos de Boanerges) y una buena dosis de aceite de bíceps. Distribuye la carga entre los asistentes y se dirigen a la susodicha barbacoa en orden y concierto.
 
 
Elaboración:

La tropa se apiña en torno a la barbacoa. Raudo como el viento, el Epigrafista enciende el fuego con la habilidad que lo caracteriza (no, no es guasa), y las llamas comienzan a corretear. Selecciona los maderos más adecuados conforme a la cantidad de brasa que ha de asolar la manducatoria prevista. El sol, inclemente, castiga las cabezas de nuestros achicharrados héroes. A partir de aquí se sucede un ir y venir de menores con encomiendas para la Madreconcarné, de las cuales la primera es, indefectiblemente, una cerveza. El Epigrafista se la toma con cautela, vigilando el fuego, presto para la aparición sorpresiva de la "chispa astuta" (célebre espécimen de centella, descrito por la Maestra, capaz de eludir el matachispas, escapar por la chimenea descendiendo posteriormente, saltar la tapia, y aterrizar varios metros más allá a ras de suelo, sorteando el verde follaje con habilidad sin parangón y cayendo precisamente en la única hoja seca presente en la maleza). Los menores acompañantes lo emulan con yogur de beber o zumo de naranja, mientras son instruidos desde su más tierna infancia en extremación de la prudencia, en que todas las precauciones son pocas, y en que las hogueras las carga el diablo, conque a ver.

 
Cuando las llamas están en lo más vivo, ha llegado el momento de limpiar la rejilla. Este proceso pone de manifiesto uno de los motivos por los que es preferible la noble leña al prosaico carbón vegetal. El Epigrafista somete dicho enrejado al flamígero elemento durante un buen rato, dando lugar al achicharre más total de elementos espurios que pensarse pudiere. Manda recado de tocino y papel de cocina, siendo que la Madreconcarné provee. La reja es frotada concienzudamente con el tocino, flameada de nuevo, y limpiada con el papel. La parrilla fulgura y resplandece bajo los abrasadores rayos del sol esperando recibir su preciosa carga.

 
Nuevos paseos de los rapaces avisan a la Madreconcarné de la inminencia del cocinado en sí, por lo que ésta apresta los útiles y dispone en fuentes la pitanza, (convenientemente cubierta para prevenir ataques de avispas enajenadas por los efluvios emanantes). El Epigrafista distribuye hábilmente las piezas haciendo corresponder la entidad y potencia de las brasas subyacentes al grosor de los elementos manducatorios. Tras el consabido vuelta y vuelta, que puede complementarse con ahumado de hierbas aromáticas socarradas, y transcurrido un tiempo prudencial, se examina si el grado de torre corresponde a las expectativas. En esto existe una gran diferencia según asista al proceso la otra parte del Ente, que es quien emite dictamen inapelable, o si no es así, en cuyo caso el Epigrafista envía a toda la chavalería en tropel con urgentes recados de requerimiento presencial de la Madreconcarné. Tampoco es infrecuente que la presencia del Ente al completo conlleve cierto punto excesivo en la cocción, junto con el transporte de diversas botellas de cerveza vacías de vuelta a la cocina. Consultados los interesados, dicen no hallar relación.
 
 
Condumio y conclusión:
 
Normalmente, la finalización del proceso nos pilla a los demás con el paso cambiado y sin la mesa puesta. Por tanto las bandejas son servidas en una mesa completamente desierta, enfriándose mientras, a toda prisa, se convoca a la concurrencia y se apareja lo necesario.

La Maestra testa el condumio y da su veredicto. El Ente celebra el éxito de la maniobra entre rugidos y resonar de vidrios. MamiManitas observa con suspicacia el estado de cocción, tildándonos a la postre de bárbaros y crudívoros, manifestando que un trozo ha mugido cuando lo pinchó con el tenedor, y cantando las loas de las suelas de zapato refritas. Los guajes observan el resultado con aprensión (unos con más aprensión que otros), solicitando hamburguesas a la abuela por lo bajinis. Aquí hay que decir que Dash es un valiente (en la última se comió enterita la prueba que le dio el Epigrafista recién sacada de la brasa, la cual, malhaya el destino, resultó ser el trozo más duro que había) y que, dados los antecedentes "alitas de pollo", esperamos con fruición la presencia de Ahijada en la próxima barbacoa. El resultado de todo ello es que la Madreconcarné no cocina en tres días además de sufrir un empacho rayano en la intoxicación cárnica.

Tras el banquete de rigor, el Epigrafista va a vigilar la posible resurrección de las brasas residuales y limpia la parrilla, que, cumplida su misión, dormitará en su lugar, a la espera de otra ocasión (¿acompañada de su nueva compañera de fatigas la plancha? Seguiremos informando).



 

Futuros hijos míos:

1.- El fuego es muy peligroso y esto no es broma. Haced caso de vuestro padre.

 
2.- En cuanto vuelvan a talar el bosque, iréis a por leña en compañía de los primos, no os quede duda ninguna.

 
3.- Vaaaaale, ya haremos alguna hamburguesa a la parrilla.









jueves, 29 de agosto de 2013

LA CANCIÓN DEL VERANO II



 
Partchú: la barbacoa epigráfica. Prolegómenos.

1.- Protoejemplares:

Antes de la llegada de la barbacoa de fábrica, acontecida el año pasado en medio de grandes fastos (famoso episodio que dio lugar al inicio de la “gesta de Conan”), hubo varias invenciones semiDIY que marcan una clara evolución ascendente en la barbacoa palaciega.

En la noche de los tiempos, el entero ingenio se redujo a una rejilla (suministrada, por cierto, por la Madreconcarné, que aún se relamía recordando los chorizos a la hoguera paramera que se zampaba de media mañana Palas Atenea, en los tiempos legendarios). Dicho adminículo se posicionaba convenientemente, a epigráfico pulso, sobre la mismísima chimenea. Y aunque el Epigrafista terminaba la temporada que podría apuntarse en la federación de lucha de brazos bajo el pseudónimo "Popeye", pronto quedó claro que la cosa no podía continuar así por mucho tiempo. Es necesario señalar que la rejilla primigenia tenía una ventaja incuestionable: podía girarse toda ella sobre el fuego sin necesidad de mover su contenido. Ventaja que no ha sido superada por el modelo actual.

Desde la noche de los tiempos, el hombre ha socarrado bichos
(la bacinilla en la cabeza, sin embargo, es opcional)

Un segundo momento evolutivo pasó por la barbacoa-hoyo, consistente en una fosa convenientemente forrada de ladrillo, y dotada incluso de contrafuertes, que habilitó la Madreconcarné en su afán por rememorar legendarios momentos choriceros. Dicha invención tenía la ventaja, nunca superada por anteriores ni posteriores modelos, de poderse cerrar, con el consiguiente ahumado del condumio, pero obligaba a atender el todo el proceso desde una posición de cuclillas completamente inapropiada para la longitud epigráfica.

 
Ni tan antigua...
 
El Epigrafista soñaba de hace tiempo con una barbacoa de cuerpo entero. Exhalaba suspiros incomprensibles ante ciertos folletos propagandísticos que circulaban regularmente antes de iniciarse cada liga, y mucho más tras una excursión portuguesa en la que atravesamos diversos campos de barbacoas (en el sentido más literal) que recordaban, mutatis mutandis a los oníricos “prados excusados” de Homer. Finalmente llegó ese momento con que fantasea todo barbacoero de abolengo, y la barbacoa enteriza fue instalada tras arduo transporte en el Vájana y épico episodio protagonizado, como no, por Conan, haciendo cantar a la musa su yerro, digoooo su épica cólera.
 

... ni tan moderna.



Modelo Hello Kitty: el preferido de Princesacaballobebé



Sin embargo la barbacoa aún no es perfecta. La plancha. Ese deseado elemento cuya ausencia tantas posibilidades nos cierra (morcilla chorreante, gambones saltarines, retorcidos calamares, pimientos, calabacines, sepia…).  El Epigrafista sueña con una plancha a la medida de su insigne artefacto. Todos sabemos de quién es la culpa. La Maestra hace todo lo que puede por remediarlo, amenazando con impagos a troche y moche y con no dejar títere con cabeza, pero el culpable está bajo el amparo de  Conan, erigido en protector de informales sin palabra: poco podemos hacer.


2.- Preludios:

El Epigrafista se pasa todo el invierno suspirando por el inicio de la temporada de barbacoas. De hecho, pudiera ser que, si allá por enero sale algún día soleado, instigado por la otra parte del Ente (o instigador: es difícil saberlo en esa vorágine bilateral autoalimentada), aprovechando las vacaciones pre-reyes, se realice alguna barbacoa invernal. Precedentes hay, y no malos.

Asimismo hay antecedentes de barbacoas en merendero fuera de la correspondiente temporada (mala no estaba, pero no sé porqué me acordé de aquella boda que alguna mente preclara tuvo a bien celebrar al aire libre una fría noche de junio. Suerte tuvieron en aquella desmemorable ocasión los que se pudieron abrigar con las fundas de los sillones del coche, no os digo más. Es trending topic tribal todos los veranos). Estimado Ente: en cuestión de barbacoas, a veces te puede el ansia viva.

Es importante indicar que, de estar prevista una parrillada fuera de la regular temporada, el grado de verbalización que se alcanza precedentemente, excede con mucho los niveles normales de las barbacoas de liga ordinaria. 

Cuando finalmente se abre la veda anual, el Epigrafista ya tiene pensadas todas las barbacoas de la campaña. Normal, si tenemos en cuenta que se pasa todo el invierno recopilando opiniones sobre lo que va y lo que no va sobre una parrilla y meditando sobre los resultados de la temporada concluida.
(Nota mental: regalarle una pizarra donde pueda hacer esquemas de las partidas pasadas y futuras, como los entrenadores. Igual se pueden filmar las parrilladas para que pueda estudiar los videos durante el invierno…)

 

Futuros hijos míos: entereza hijos míos, solo habla de ello unas 300 veces al año. El resultado compensa con creces la paciencia invertida.

miércoles, 28 de agosto de 2013

LA CANCIÓN DEL VERANO I






Una nueva trilogía con que regalar/escarmentar a los sufridos lectores.

Partguan: la barbacoa estándar

Érase que se era una barbacoa estándar cualquiera en una familia cualquiera desprovista de carnés. La cosa procede así:

Una vez que un hombre se ha decidido a hacer una barbacoa, hay una serie de acciones encadenadas que se ponen en marcha.
1)    La mujer compra la comida
2)    La mujer hace la ensalada, prepara la verdura y el postre.
3)    La mujer prepara la carne para la barbacoa, la pone en una bandeja junto con los utensilios necesarios y la lleva al exterior, donde el hombre ya se encuentra sentado ante la barbacoa con una cerveza en la mano.
Ahora el punto culminante de la actividad.
4)    El hombre pone la carne en la parrilla de la barbacoa.
5)    Siguen más actividades rutinarias: la mujer lleva los platos y cubiertos al exterior.
6)    La mujer informa al hombre de que la carne se está quemando.
7)    Él le agradece esta información vital y aprovecha para pedirle otra cerveza mientras se ocupa de la emergencia.
Y ahora otro momento culminante.
8)    El hombre retira la carne de la barbacoa y se la da a la mujer.
9)   Más trabajos rutinarios: la mujer coloca los platos, la ensalada, el pan, los cubiertos, las servilletas y las salsas y lleva todo a la mesa.
10)    Después de la comida, la mujer quita la mesa, friega los platos y… otro momento importante!!!!
11)    TODOS FELICITAN AL HOMBRE POR SUS DOTES CULINARIAS Y LE AGRADECEN LA ESPLÉNDIDA COMIDA.
12)    El hombre pregunta a su mujer qué le ha parecido el no tener que cocinar. Cuando ve que ella se mosquea, llega a la conclusión de que no hay manera de complacer a las mujeres.

(Recogido literalmente de un artículo de uno de esos periódicos gratuitos, cuyo nombre no recuerdo, hace como un año. Tuve la previsión de recortar el texto, tanta gracia me hizo, pero no puedo citar la procedencia exacta)




Futuros hijos míos: el recochineo inconsciente joroba mucho más que el intencionado. Cuidadín. 

lunes, 19 de agosto de 2013

MÁS QUE MIL PALABRAS I

 
Me recuerda a alguien...

Aún no sé quíén es este

Los que se pican, ajos comen

Pues tú más.

¡Bravo! no se ha notado nada...


Futuros hijos míos: a ver esas dotes artísticas...


CITAS CÉLEBRES




 Aquí, una selección de las mejores frases del puente de agosto, transcurrido entre barbacoas, expediciones vespertinas y concursos acrobáticos en nuestros dominios palaciego-rurales.



Al mismo tiempo, se propone un interesante concurso al sufrido lector.
Sufrido lector, adivine usted la clasificación correspondiente a la cita en cuestión:


a)    cita gafapasta

b)    cita gafaplasta

c)    cita grouchomarxesca

d)    cita tralarí tralará abuelito dime tú oleriorihóoo

e)    no tengo palabras

f)      todo lo anterior

 
 

No hay pan que por bien no venga.” (La Maestra, en su infinita sabiduría, dixit)

Para llegar al río, hay que cruzar cuatro veces el río.” (Dash). Tengo que detenerme ante esta insigne muestra de presciencia. Si lo hubiera dicho Paolo Coelho, todos sus lectores estarían aplicando lo mejor de sus meninges al desentrañe de dicha máxima. (No tengo en mucha estima las meninges de los lectores de Paolo Coelho. Para qué os voy a mentir.) Pero lo mismo podría ser de
Hora de Aventuras. O el lema de algún linaje en una serie pseudomedieval con mucho batir de armaduras.

¡Admiro tanto su eti(li)ca laboral!” (Bob Esponja/el Ente). Una obra maestra al alimón.

Te ríes de envidia” (Madreconcarné).

La última vez que fui al gimnasio no estaba casado, no te digo más.” (lo digo, no lo digo, lo digo, no lo digo… ¡lo digo! Es de Tom Bombadil)

Capitán calzoncillos está chulísimo, mola mogollón.” (Tom Bombadil).

Aunque me busquen, no me encuentran.” (Hanuman). Así me gusta. Ahora junta pulgar e índice y a practicar la sílaba ¡ommmmmm!

He encontrado unos pocos olores.” (PrincesaCaballoBebé). Ya ves, a algunos no hay modo de encontrarlos ni buscando, y sin embargo otras cosas…

¿Quieres esmalte de uñas con purpurina para las flechas?” (MamiManitas). 
 
Que le des agua o que le des el cuchillo. Cualquiera de las dos cosas.” (MamiManitas). Frase digna de “El arte de la guerra” o de “El Príncipe” de Maquiavelo.
 
¿Qué extraña relación hay entre los Hungry Birds y el Pantene ProV?” (Tom Bombadil). Pues está clarísimo, chico. Qué preguntas.
 
Y por último, una cita no literal recogida por DerBlaueReiter: “Ya desde hace años, no vamos nunca varios de la empresa en el mismo vehículo, porque, si pasa algo, ¿Quién hará el trabajo del otro?“ (Elquenopuedesernombrado) No sé si me turba más que use estrategia de casa real o que el trabajo sea más lo primero que la misma muerte. El receptor de dicha reflexión quedó temporalmente noqueado.



Futuros hijos míos:

1.- Temblad. Pronto vuestras máximas tendrán cabida en el blog.

2.- Este puente también me hice el máster acelerado de
tallarines por aquí. No sé qué hacéis que no venís ya.

 
P.S. estoy un rato torpe y se me ha rebelado el formato de letras (exquiusmi la concurrencia). Lo curioso del caso es que, lo de poner la última frase en letras gordas ha salido ello solo. Yo no tengo nada que ver. He intentado cambiarlo, y nada. Estimado blogger: ¿Sabes algo que yo no sepa?



lunes, 12 de agosto de 2013

PORQUÉ LOS DIOSES HINDÚES TIENEN TANTOS BRAZOS


Yo no sé porqué los dioses hindúes tienen tantos brazos, pero me columbro que será porque tienen unos niños bastante moviditos (e se non è vero, è ben trovato, como se suele decir).

Lo que explica lo de Párvati y Shivá, a la sazón progenitores de ciertas criaturas crónicamente soliviantadas y en tal estado de agitación, que ríete tú del movimiento perpetuo.

Alguna ventaja tiene que tener la naturaleza divina (divina de la muerte, claro está), y en el caso que nos ocupa es la de que tu descendencia puede no corresponder a los arquetipos establecidos en el correspondiente panteón. Véase.


Querida Candace: tienes un problema. Cuando yo comencé el blog, tú ya eras una preadolescente con los nervios a flor de piel, y tu parecido con la genuina Candace Gertrude, por no hablar de ciertos berridos (¡mamáaaaaa!) es tal, que ya en ocasiones te lo hemos hecho notar. (Ahora que lo pienso, el fin de semana pasado acabó con el pelo rojo, fruto de ciertos experimentos en los que no tengo nada que ver, tralará, tralará, silbidos mirando al techo). No, no persigues a tus hermanos… hasta donde yo sé. No más allá del chincha rabiña fraterno y el manejantismo de hermana mayor. Así que lo siento, querida, pero te vas a quedar con el remoquete para los restos. (Ha, ha, ha, mía es la venganza, estoooo, no he dicho nada.)

Pose más habitual
 
Hubo un día en que Candace fue La Única: la única hija, la única nieta, la única sobrina… Pero ese día está ya muy muy  lejano, se pierde en la noche de unos tiempos que la mayoría de nosotros nos estremecemos al recordar (debía ser el único bebé del mundo que no dormía ni una hora seguida. Nunca. Una pesadilla. Tampoco comía, claro está). Así que, bien pensado, al final has tenido suerte, Candace, mira que si abro el blog cuando eras bebé…
   
Posible evolución de Candace
Otra posible evolución






Si volvieran los 80`s
No descartemos nada
En fin... todo podría suceder

Es nuestra amiga Candace corredora cuasiprofesional,  capacitada como pocos para las carreras de vallas, dotada cual está de dos luengas piernas, que del suelo le llegan hasta la barbilla (palmo más, palmo menos), plegándose por su medio. Su capacidad para largarlo todo sin contemplaciones es temida por los adultos que la rodean, siendo que las  indicaciones y advertencias previas, o bien le resbalan, o bien huyen despavoridas de su memoria. Sabe ser mona y encantadora como la que más, cualidad que raramente usa, como su homónima originaria (dí que sí). Y como ella, aparentemente reniega de sus hermanos, pero a la vez los quiere tanto que les dedicaría una lacrimógena canción.


En cuanto a correr, Vaiolet no le va a la zaga. Aún está por desarrollar su potencial. De momento, se entretiene en actividades mucho más convencionales y sosegadas, propias de su naturaleza, como pender del techo practicando heterogéneas evoluciones en el vacío, entrenar juegos malabares y ejercitarse en el trapecio (existe testimonio gráfico para la posteridad).

Lejos de ella la inseguridad y el conformismo. Todos recordamos aquel episodio sucedido cuando comenzaba a aprender inglés y a escribir con soltura. Se le pidió en un examen que escribiese los números en inglés. Y ella, ni corta ni perezosa escribió: guan, chu, tri… (Claro está que en clase sólo los recitaban y nadie se preocupó de enseñárselos por escrito. Muy hábil, profe…). Cuando la seño la corrigió, entró en cólera. “¡¡¡Son así!!! ¡¡¡Los números en inglés son así, que yo me los sé muy bien!!!” Pues claro que sí, Vaiolet. Tienes toda la razón. Como que te llamas Vaiolet. Con todas las letras. Que se fastidien, ya lo dijo Unamuno.



Si, sabe poner esta cara, aunque no se prodiga
Genio y figura

Lo que no es óbice para que sea discreta y moderadamente tímida, como la Vaiolet originaria. E igualmente semiescuálida (oh, garbanzos con arroz de la abuela, venid a mí). Sabe no hacerse notar, cuando le conviene, la muy pillina (te hemos cazado, amiga), lo que la dota de relativa invisibilidad. En compañía de su prima Princesacaballobebé forma el tándem “hermanas adolescentes”, y en solitario, “La Niña Titiritera”. Próximamente en sus pantallas.


Actividad tipo "hermanas adolescentes"



Actividad tipo "la Niña Titiritera"


Dash, como él mismo dice, sabe hacer muchas cosas bien, lo que pasa es que a veces se le olvida. Ya no sufre incidentes embarazosos perocomoesposiblequetehayaspuestoasiiií! (gracias a alguno de ellos se forjó su alianza con el Epigrafista, así que no hay mal que por bien no venga). Tiene habilidades artísticas, aunque en ocasiones le puede la dispersión (ese retrato de familia, todavía me lo debes, Dash, que te dije que era para el frigo, pero en realidad es para el blog).

Por supuesto, corre como el viento, no podía ser menos. Pero no queda ahí la cosa: esquía como el viento, surfea como el viento, salta a la comba impecablemente, y dentro de nada nos sorprende practicando el ciclo-parapente-petanca. Fiel a sí mismo, no secunda, cual borrego, deportes excesivamente mayoritarios. Sólo flirtea con ellos ocasionalmente. Es el espíritu olímpico y la inconsciencia personificados al alirón en un renacuajo de poco más de medio metro. Un proto-JesúsCalleja en ciernes: “¿Y de mayor qué quieres ser?” “Excursionista”.

 



Su nombre no necesita explicación alguna, para los que le conocen. Es clavadito a cierto Dash, tanto en lo físico, como en su actitud y aficiones.


¡Es él!



A la vista de tal progenie, ¿cómo desfallecer un instante? Es un lujo que Párvati y Shivá no pueden permitirse. Haciendo uso de todas sus extremidades, dan de comer a uno mientras se aprestan a socorrer a otro. Atienden el correo electrónico al tiempo que persiguen a un tercero, que huye como una flecha en un patinete escaqueado. Hay que buscar a Vaiolet, que se ha vuelto invisible otra vez, tomarle la tabla de multiplicar a Candace, meter a Dash en la ducha, estar al cuidado de que la una no se escaralle, la otra no  tome lácteos, y que aparezcan esos patines, que nos tenemos que ir ya, todo a la vez. Mención de honor merece Párvati, en lo que a multiplicidad se refiere. La agitación constante le induce ramalazos ocasionales de maternidad mancomunada. Es lo que tiene el piloto automático, que salta por defecto.

Los cuatro brazos dan lo mejor de sí en la preparación de un viaje. En cada periplo el Vájana transporta tal cantidad de enseres que hace bueno lo de que “la montaña va a Mahoma”, pareciendo éxodo y migración lo que no es sino simple escapadita (cómo no: hay que tener previsto que, al padre de las criaturas, igual se le viene a las mientes lo guay que sería hacer esquí acuático comiendo pirulís. Si es que tienen a quién salir…). Como buenos seres mitológicos están dotados de instrumentos mágicos: unas maletas prodigiosas, de las que surgen toneladas de ropa… que apenas necesitan, faltando precisamente la pieza más imprescindible (tragada por un insondable agujero negro del que no sabía nada, dice el afectado/culpable con cara de no haber roto un plato en su vida).  

El Vájana presto para salir

Así no hay quién encuentre nada
¿Que los roros quieren saltar a la comba? Pues alguien tendrá que darles. ¿Que les gusta ir en bici? Pues nada, todos juntitos a hacer el camino de Santiago (la primera etapa no pasaron de 20, pero la última hicieron 69 kilómetros como unos campeones).  Es lo que tiene haberlos educado alejados de videoconsolas, que el asilvestramiento de la prole es muy cansado... para quienes les rodean.

Donde hubo, algo queda. En esta familia hay una cosa que encanta a ascendientes y descendientes por igual: sentirse único por un breve espacio de tiempo. Esto es: “estás de hijo único porque tus hermanas se van al campamento ¿no te gusta?”, “AbuMaestra, me quedo contigo de nieta única” “¿Vienes conmigo y pasas la tarde de sobrina única?” (Curiosamente, enseguida se echan de menos). Si, queridos míos. Sois únicos. Todos. O más.


P.S. He intentado hacer un dibujo ilustrativo para la entrada, de toda la familia haciendo esquí acuático comiendo pirulís. Pero no me sale. Se aceptan colaboraciones.



Futuros hijos míos:

1.- Lo de la consola lo veo difícil. Pero en el palacio rural tenemos una maroma de amarrar buques fenomenal para saltar a la comba.

2.- Vuestro padre y yo aún no tenemos cuatro brazos, pero todo se andará.

DEDIQUE USTED SU ENTRADA


Esta va dedicada al Epigrafista


Si no venden cervesssa, mucho menos oso

Manual para guiris

Los traductores automáticos son lo peor



No sé si se ve muy bien el último (pinchad), pero contiene joyas como "Table of iberian", "Sepia to the iron with ali smelt" o "Peppers with beautiful"

 

Futuros hijos míos: de vez en cuando ponedle esta página a vuestro padre. Veréis lo que es hartarse de reír.

 
P.S. por si alguien lo dudaba, las imágenes son de microsiervos.

lunes, 5 de agosto de 2013

Y YO CAÍ, ENAMORADO DE LA MODA JUVENIL



Querida familia y espectadores todos: lo sé, hoy voy disfrazada.

Más de lo normal, quiero decir.

Os recuerdo que soy plenamente consciente de ello y me la refanfinfla (esta es la palabra hábilmente eludida por la cajera en episodios anteriores de esta misma temporada). Pero he de reconocer que esta mañana cuando salí de casa a horas intempestivas venía reflexionando por el camino sobre mi atuendo. La falta de sueño es lo que tiene.

Esto es: pantalón efecto culocaído (único ejemplar que me cabe sin apreturas, actualmente) con los bolsillos repletos a más no poder, lo que acentúa el susodicho efecto, todo ello al más puro estilo “alforjas del tío Leoncio” (la Maestra dixit); camiseta de tirantes, barriguera (por algún motivo pensé que me disimularía la barriga, siendo todo lo contrario); maxi colgante de metal plateado modelo lechuza articulada (Eminen palidecería de envidia); macroanillo de mercado verdulero (¿existe otra bisutería?) con cabujón de gema facetada elaborada en el más delicado… plástico (nota al margen: mi capacidad para teclear a toda mecha adobada con uno o más anillos inconmensurables aún no ha sido medida por la ciencia, y soy consciente de que en la Ofi me miran raro y murmuran por lo bajinis); gorra de visera achatada, con forro pseudoleopardado en blanco y negro venido a menos (el mes pasado me llamaron Che Guevara: debió servirme de aviso, pero hice el caso más omiso que me fue posible); pelo enmarañado y trabado de cualquier manera con una pinza (¿he mencionado que me puse las puntas del pelo rojas? “Como Brave”. Gracias Vaiolet); gafas de sol pseudoespejiles y maxibolso zarrapastroso (rabiad, itgirls del mundo mundial, que se me da una higa de vuestras renovadas tendencias).

 
Poco me falta

Todo rigurosamente a juego, of course, que una puede ir caracterizada de lo que fuera o fuese, y se provee en los mercadillos callejeros más exclusivos, sección tres por uno, pero que haga pendant, por amor de Dior.

¿Que de qué voy disfrazada? Pues de rapero-filósofo, obviamente. Hará furor los próximos carnavales.

Asín que de tal guisa me hallo, y como es propio de mi atuendo me ha dado por pensar, pensar cuánto y cómo se ha trocado mi naturaleza originaria.

Yo era tímida. Sí estimado público, suena inverosímil, pero es así. Es más. No es que fuera tímida. Es que estaba enferma, prácticamente inmovilizada por el retraimiento más atroz y sañudo.
¿Que no? Pues vayan un par de ejemplos:

Evitaba habitualmente pasar por delante de una parada de autobús con gente esperando, porque dicha gente, que obviamente no tenía nada más que hacer que mirar a los viandantes (si, futuros hijos míos, hubo una época sin Internet en los móviles, e incluso sin móviles, quién lo pudiera imaginar), dicha gente digo, me miraría a mí, a la sazón viandante como la que más.

No era capaz de quitarme la chaqueta en una sala con varias personas: antes que llamar la atención sobre mi persona, prefería morir de asfixia y deshidratación. Recuerdo particularmente un caso en julio, habitación cerrada y 40 grados a la sombra. Chaqueta de lana manga larga cerrada al cuello.

Así que sí, parecía una trastornada, maldita timidez.

Y no, la verdadera timidez no es encantadora. La timidez encantadora es mayormente treta y fingimiento. La verdadera timidez es el agarrotamiento y la nada juntamente.

 
Timidez encantadora: y una leche

Auténtico sino del tímido auténtico


Poco a poco se fue abriendo en mi perturbada mente adolescente la conciencia de que había de reducir el umbral de retraimiento, so pena de una vida entera sumida en la cotidiana poquedad, el empacho endémico y el desaliento crónico (quizás lo formulé con otras palabras). Para que luego digan que las adolescentes no tienen nada de provecho en la cabeza. Así que yo misma, con mi mismo mecanismo y las pocas entendederas que me venían de serie, me impuse una serie de ejercicios a realizar. Tales como entrar en una tienda y pedir que me sacaran un par de cosas (sin comprar luego nada de nada, se entiende), o pasar trotando airosamente ante las hordas prestas a asaltar el transporte público. Los recados que me encomendaba mi madre ayudaron mucho en este cometido: esas esperas, en salas de espera llenas de gente esperando todo lo esperable y por esperar, que no tenían nada que hacer nada más que mirar a los demás esperantes; esas gestiones ventanilleras, solicitando lo que tocaba, o lo que no se sabía si tocaba o no, o lo que estoy casi segura de que no toca, pero aquí me han mandado; esa diversidad nomequedaotra en la uniformidad uniforme de un mundo uniformemente uniformado…Y funcionó. No se confundan, seguí siendo tímida, pero al menos no me quedaba petrificada cual bíblica estatua de sal.


Vaya si funcionó. Quizás se me fue la mano. Me dí cuenta de golpe y porrazo un día, muchos años después. La escena fue así: me hallo (estado Palas Atenea) en una cafetería, subida en la silla, cantando, rodeada de mis amigos, que me observan atónitos. (En mi defensa he de decir que lo hice para ilustrar cuán grotescas me resultan las pelis musicales, en las que los personajes pasan de la conversación a la canción en cualquier contexto y sin solución de continuidad).




Futuros hijos míos:

1.- Si sois vergonzosos las vais a pasar canutas yendo con vuestra madre por la calle. Eso sí, se os va a curar la vergüenza. A hachazos, pero se os va a curar.

2.- Vuestra madre tiene remedios de psicología de kiosko para casi todo. Probeticos míos.