viernes, 20 de junio de 2014

HISTORIA DE AQUÍ


La Princesa Caradeardilla gusta de levantarse al alba para desayunar conmigo, que normalmente me hallo a mi misma vez desayunando a la par que viendo las primeras noticias de la mañana.

-                           ¿Lo entiendes, hija? Han cambiado de rey. Antes era Juan Carlos. Ahora es Felipe.
-                           ¿Del cole?
-                           No, de España
-                           ¿Del cole?
-                           No, de España
-                           ¿De España del cole?


De España de la tierra


En el fondo tiene razón. Si no es el rey del cole, qué más da lo demás.


Hijas mías: por si acaso os lo preguntáis, en casa seguimos igual: parriarcado-matricracia al alimón.

jueves, 19 de junio de 2014

LAS CANCIONES DE NUESTRA VIDA




Yo sé que generalmente circula por nuestras mentes una edulcorada e idílica versión de lo que fueron nuestros juegos infantiles, con sus sencillos juguetes, su emblemático top ten  sota/caballo/rey, que mutaba al pasar de modas y estaciones, y las animadas tonadillas que acompañaban tan plácidas actividades, amenidades todas que en nuestro imaginario rozan en su conjunto la cima de lo paradisíaco-bucólico-pastoril.

Las narices.
Una chufa todo.
Yo, la Madre con carné, les voy a revelar la cruel y descarnada verdad (ahí, ahí, animando al personal).



Era una sosura. Admitámoslo

Jugando a burro. Qué más hay que añadir.

 
La ruda verdad es que pasamos frío. Yo, mucho. Jugábamos en un patio de cemento con nuestras piernecitas expuestas al gélido aire invernal y a las múltiples y agudas aristas de un pavimento diseñado por algún avezado aprendiz de torturador en sus ratos de asueto. El suelo de los columpios –ah, penetrantes esquinas de puro hierro soldado clavándose en las canillas, ah desmesurados eslabones metálicos pillando las manos, cuánto os añoro-, por el contrario, era de guijarros grandes como puños, en montonera. Excepto el socavón de debajo del mismo columpio, que lucía permafrost en estado puro o fango chocolatoso, de acuerdo con la climatología reinante. Todo era de un elegante tono portland-marrón suciete. Con razón la Princesa Caradefresa dice que antes las cosas eran sólo grises, que sí, que lo ha visto ella. Mucho me reí al oírlo, pero me está resultando más certera que la Sibila.


 


Y encima se le parece
       
Así como también es cierto que no nos importaba demasiado (ser unas malas bestias, es lo que tiene) y que éramos felices e inconscientes como perros callejeros. Lo de ser capaces de jugar horas e incluso días enteros con una simple cuerda o con un trozo de goma nos honra como generación. Todavía es el día de hoy que rápidamente soy capaz de ver las inmensas posibilidades que encierra un montón de cajas vacías (el que tenga tiempo, o ganas, de hacerlo, es harina de otro costal).

Pero no, amigos, no me van a convencer. Que no. Que tengo pruebas. Aquí. En mi memoria.
La reciente llegada de las combas y el buen tiempo, me ha hecho evocar con horror los espantos que entonábamos con total despreocupación. Tengo recuerdos de canciones sobre puntapiés bien atizados sin ton ni son (toma violencia gratuita), de gatos despellejados así porque sí (viva la sociedad protectora de animales), de perspectivas casaderas a las más cortas edades (labrarse un futuro propio es de pringadas), de tareas tan absurdamente estereotipadas que ya entonces daba grima (¡feministas a mí!), y de incongruencia extrema (como dice Moe, cosas raras porque sí). Pero la que se lleva la palma en absoluto, es esta:

Don Melitón, mató a su mujer
la hizo pedacitos, la puso en un sartén
y por la calle olía, a carne humana frita
olía a la mujer, de Don Melitón.

Sus prometo que en mi cole se cantaba como si tal cosa. A mí es que se me ponen los chacras del revés.



 
En algún sitio leí que el éxito maricastañesco “Ambo ató” era una versión deteriorada de “J´ai un beau chateau” (Holaaaa “maibonilasoverdeosaaaa” ¿te suena de algo?), pero a ver quién es el guapo que desentraña el hit de los tiempos de La Maestra:

Alirón plisé
quien era tu papa y sé
manda la narra y sé
pida el comanda y sé
chutis
ma y sé
la mamá de Fufurrel
fuera está usted.

Aunque tengo algún que otro galardón (autoautoasignado) en el desentrañado de dialectos ininteligibles, con esto no puedo más allá del alirón (all iron; cuando se escribía en una veta recién hallada, los mineros se ponían como locos porque cobraban un plus). Porqué se asocia a una técnica textil tan viejuna como el plisé, puedo entender que guarda relación con el planchado a base de utillaje pretérito, aunque La Maestra discrepa, remontando su origen a una corrupción del asimismo anglófono please. Pero todo en su conjunto, incluyendo la búsqueda pseudogenealógica y el baile chulapón, es un misterio para mí (¿no se sabe quién fue el inventor del plisado a plancha? ¿Queremos un sobresueldo, please? ¿Se bailó en la aldea gala una versión local del chotis? ¿Quién es Fufurrel y qué pinta su madre en este embrollo?). Prefiero no opinar. Pero ustedes no se corten.





Hijas mías:

1.- Quizás esto explique muchas cosas. Por ejemplo el deterioro neuronal precoz, o los desvaríos psicopáticos fluctuantes de vuestra madre. Habría que analizarlo. O mejor no.

2.- Netamente vamos a mejor. No os preocupéis.





lunes, 9 de junio de 2014

REPEAT AFTER ME




     El Epigrafista padre y la Princesa Caradefresa están jugando a bebé.

-         Entonces yo era un bebé y tú me enseñabas a hablar
-         Si bebé. Repite conmigo las palabras.
-         Si.
-         Casa.
-         Casa.
-         Puerta.
-         Pueta.
-         Techo.
-         Tessho.
-         Interruptor.
-         Mmmmm… Luz.


Hágase la ídem.


Ahora lo llaman inteligencia emocional, versatilidad mental aplicada y quisiocuántas cosas más. Lo que viene siendo ser cucos de toda la vida.



Hijas mías: veo que vais cogiendo lo del dominio del idioma. De ahí a hablar tres o cuatro, lo tenéis chupado.


jueves, 5 de junio de 2014

LA BELLEZA ESTÁ EN EL INTERIOR



    
     La Princesa Caradefresa escruta atentamente el dibujo.

Siento que la imagen esté tan oscura. Clic para ampliar.


- “¿Lo entiendes, hija?

     Silencio. Más escrutinio.

-         Mamá, hay una mala
-         ¿Si? ¿Quién?
-         La del medio
-         ¿Cómo lo sabes?

     No se lo piensa ni un momento:

-         Se hace la guapa


     Yo no hubiera podido definirlo mejor.





      Hijas mías: os lo he dicho mil veces. Que la que es fea por dentro, no puede ser guapa por fuera. Que la belleza está en los ojos del que mira. Que la suerte de la fea la bonita la desea (¡al trabajo llaman suerte!). Que aunque la mona se vista de seda...


Por supuesto, el dibujo es del grandísimo Quino. Enhorabuena.


martes, 3 de junio de 2014

LES NUITS DE PARIS




“Pero la espuma está buena. Sabe como a París.”

(¿Que le hemos dado a probar a la niña la cerveza fabricada por su tío Beorn? Noooooo. Qué barbaridad, hombre. No sé de dónde os sacáis eso.)





Vista de los Champs Elysées. La torre Eiffel, al fondo a la derecha.
N. del A: banda sonora


Hijas mías: si ya sabía yo que no fallaba. Un amargo y mal recuerdo es un seguro antibirra-precoz.
Hice trampa. Lo sé.