jueves, 27 de junio de 2013

LOS TURISTAS TAMBIÉN SON PERSONAS HUMANAS



Flashback de los tiempos legendarios VI

En esta ocasión encontramos a la Condottiera y su amiga Ladelpueblolpimentón caminando por la Via dei Fori imperiali un día cualquiera de julio a eso de las diez de la noche. En contra de lo que parece, se están recogiendo (la vida del trotamundos ocasional es harto cansada). Están pasando justamente por delante de la columna de Trajano (ahora que lo pienso el destino me dio multitud de indicios, no sé para dónde estaría yo mirandooo…)

Aquí enfrente fue

Para la comprensión del episodio de hoy, es necesario señalar que nuestras heroínas se parecen tanto a Naomi y Claudia como la magdalena de Proust a la Magdalena de Don Mendo.


En estas pasa un coche. Uno de esos coches rebosantes de jóvenes indígenas que se aprestan, evidenciando un modesto y sano regocijo, a disfrutar de una exquisita velada, teñida de benéfico alborozo no exento de  ilustración y cultura (cruzamos apuestas sobre si se dirigían a un recital de piano clásico o a una reunión de especialistas en exégesis bíblica, pero por sus alaridos no pudimos deducirlo).
Con el refinamiento que los caracteriza, dichos individuos nos instan, entre loas y encomio de nuestras prendas intrínsecas en cuanto a seres humanos en general y representantes de nuestro género en particular, a compartir con presteza sus inquietudes culturales, haciendo uso de un extenso acervo dialéctico e innegables cualidades oratorias.

Ante tales argumentos, expuestos con la elocuencia del mismísimo Cicerón (si bien pacatos y morigerados en extremo), la Condottiera, a la sazón hija adoptiva predilecta del rione Trastevere, profiere con su potente chorro de voz:

-         “Va´tela piglià´n der c***, stronzo di m****”

(No se puede vivir a la sombra de la escultura del Belli sin sufrir ningún efecto secundario)
  
Giuseppe Francesco Antonio Maria Gioachino, il Belli para los amigos



El coche se detiene. Los interfectos se disculpan, porque “nos habían confundido con turistas”, y ya se sabe, las indígenas no se merecen eso. A diferencia de las turistas.

Ladelpueblolpimentón se quedó de piedra. Estoy segura de que todavía se retuerce de risa cada vez que se acuerda.



Futuros hijos míos:
1.- ¿Os había dicho ya que a veces las cosas no son lo que parecen? Pues tratándose de vuestra madre, sucede mucho.
2.- Los de tu pueblo no son más que nadie. Pero tampoco menos. Que os quede claro.

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