martes, 18 de junio de 2013

EL ENTE GRANDE, ANDE O NO ANDE.


O, como decía la Galochera, que lo grande hace a lo poco y a lo mucho.



El Ente: ser compuesto por dos seres unidos simbióticamente, a la sazón, el Epigrafista y Tom Bombadil (seguro que a estas alturas no se lo esperaba nadie). Dicha simbiosis es coyuntural: sólo se verifica en las ocasiones en que se los puede ver juntos, y toma verdadera entidad cuando es aderezada por ciertos efluvios dipsómanos (si, el ente toma entidad, ¡que redunde la redundancia!, ¡que sobreabunde y rezume por todos los poros!). Claro que la falta de sueño, el humo de las barbacoas y la nocturnidad de los juegos de mesa le producen el mismo efecto.

Si hay una cosa que entusiasma al Ente en todo su esplendor, es jugarse nuestras vidas acuñando nuevas expresiones alusivas a Elquenopuedesernombrado. No hay nada que lo arredre: que si la rotundidad de la célula primigenia, que si la amorosa violencia marcial, que si los conejos chinos descabezados (y si estaban descabezados ¿en qué se les conocía la chinitud?), que si el amarillo reflejo del atardecer un jueves cualquiera… Todo nació el fatídico día en que la parte foránea del Ente tuvo cierta iluminación versífica: nombrado, pareado. Desde entonces, nuestras vidas son un pareado tras otro hasta acabar deseando que se muera Flanders (¿no había dicho eso ya?).
Cual Jesús Calleja en desafío extremo, la temeridad roza el límite de lo imposible en las (por suerte escasas) ocasiones en que, abandonada toda prudencia, le tiran de la lengua con frases como: “¿Y tú fuiste a la mili?” (“yo te mato” bisbiseó sonriente la Madreconcarné, asegurándose de utilizar un idioma ininteligible para los presentes).
Con frecuencia sucede que lo mejor se pasa por alto, y hasta la Madreconcarné lo tiene que poner en el buen camino. La historia de los gorrinos corriendo por el agro recién arado, muriendo a continuación de un infarto, ha sido completamente desaprovechada por el Ente (y se lo echo en cara cada vez que tengo ocasión). Así como la imagen de los campos, en los que crecen barbacoas de todos los tipos, extendiéndose hasta donde alcanza la vista, cual trasunto luso de los prados excusados con que sueña Homer. (¿Qué lo azuzo yo? ¡Lo que hay que aguantar! ¡Cuánta insidia!)

La parte ibérica del Ente ha abrazado alegremente la propensión a lo absurdo que es connatural a su otra mitad. A esto hemos de sumar su tradicional capacidad para identificar en una conversación cualquiera alguna frase que pertenezca a una canción, y proseguirla (si, en su casa talmente viven en un musical perpetuo). También hay que tener en cuenta la pericia, desarrollada con los años, de traer a colación frases de Les Luthiers. La suma de todos estos factores tiene dos consecuencias. Una, la mundialmente conocida BDFSQUPUECO: Base de Datos de Frases de los Simpsons que Usted Puede Utilizar En Cualquier Ocasión (próximamente en las más prestigiosas librerías. Busque junto a esos libros de citas célebres que tan bien vienen para quedar como si fueras culto y tal). Dos, las rimas festivas, que se centran principalmente en Elquenopuedesernombrado, aunque nadie está a salvo de su alcance (así que circulen con precaución y sin llamar su atención). Tales manifestaciones pueden tomar forma de oda recitativa o balada informal en la que se glosa a los miembros de la tribu y sus actividades, y suele renacer con el buen tiempo, cual canción del verano.

Place al Ente el godimento de cierto tipo de música metalera. Pero tratándose del Ente no podía quedar ahí la cosa. Dada la cualidad instruida y cultivada de sus miembros, se dedica a analizar sistematizaciones eruditas (cual Jack Black en versión extraescolar), visionando los más sesudos estudios histórico-psicoanalíticos, y haciendo partícipes a su entorno del entusiasmo que les embargan tales prácticas. No sabíamos nada. Gracias por la información.

Didáctica. Nótese el puntero con cuernos

Árbol genealógico del rock según Jack Black...

... versus tabla periódica del Metal

De ahí nacen expresiones como “el interino del Metal” (quien entró en la historia del Metal porque estaba por allí al principio. Con el nivel que han alcanzado, ahora no entraba ni de casualidad). De ahí nacen brincos y agitación de extremidades ante descarnados ornamentos estampados en negras camisetas. De ahí, finalmente, encendidos suspiros ante la contemplación cierta guitarra languideciente en un rincón.

El interino del Metal
Han rebaremado y ve que ya no está el primero en la lista de interinos.



En derredor al Ente se produce otro fenómeno extraño (Atención Iker Jiménez). A saber: los productores de cierto jugo de cebada fermentada se regocijan, a la par que los contenedores de reciclado de envases y botellas inexplicablemente se saturan. El Ente está especializado en la búsqueda de nuevas y mejores variedades de dichos néctares. Se han registrado casos de agitación y convulsiones cercanas a la epilepsia ante el hallazgo de ejemplares procedentes de Yojanistad. Pero no son del agrado del Ente algunas fantasías caprichosas que distraen excesivamente las leyes de confección de los zumos genuinos. Seamos serios. Ante todo ingredientes sanos y naturales. A ver si al final va a ser cierto que lo hacen con cebada, lúpulo, y pura y cristalina… cabra (para curso avanzado de frases de los Simpsons, inscripciones aquí). Sin encambio los tintos de calidad y la variedad Oporto no es repudiada en absoluto por el Ente. Angelico.

Mmmmm, cómo se nota el sabor a cabra...
Necesíta más perro
Esto en cuanto al bebercio. El comercio consiste en casi cualquier cosa salida de una barbacoa, pero eso es otra historia y será contada en otra ocasión.


Cuando el Ente se diluye (esto es, queda reducido a una particular relación a distancia), se transforma en una versión light, descafeinada, un recuerdo de pasados delirios: unas llamadas al vuelo (ilustradas con descripciones alguna nueva variedad de los mencionados jugos fermentados), unos comentarios cruzados en un blog cualquiera, un croquetear en la distancia … y es así como, hundido y debilitado, el Ente sobrevive como puede hasta su próximo momento de esplendor.



Futuros hijos míos: acariciadle el lomo y repetid conmigo: “Ente bueno, Ente bonito, el Ente no muerde, se está quietecito… ”


P.S. Edito esta entrada voluntariamente y sin sufrir coacción alguna:
Loas sean dadas a Sam Dunn y su insigne obra. Stop. El nivel de su análisis antropológico es tal que nunca vieron los tiempos cosa semejante. Stop. Sus obras nunca serán suficientemente encomiadas. Stop. Cada una más maestra que la anterior, quedarán para la posteridad como soles que iluminan nuestra existencia. Stop. Serán de visionado obligatorio como actividad social de alto rango y en las reuniones diplomáticas al más alto nivel. Stop. Entonemos sus alabanzas con entusiasmo. Stop. Coreemos vítores a mayor honra, loa y prez. Fin del mensaje.


Cuadro-resumen genealogía del Metal, del ínclito y nunca bien ponderado Sam Dunn.


3 comentarios:

  1. Tom, mode "Ente" ON

    No, no, no, no...
    ¿Que citas a Jack Black pero no a Sam Dunn? peroquedicesporafavorvamosnomefastidies...

    Tom, mode "Ente" OFF

    ResponderEliminar
  2. Es que no me acordaba de cómo se escribía Dunn.

    ...Para que veáis cómo se las gasta el Ente.

    ResponderEliminar
  3. Ah, bueno. Esto ya es tolerable.

    Hombreyá.


    Tom

    ResponderEliminar