miércoles, 3 de enero de 2018

REALITY BITES IV




Hijas mías, no sé si lo recordaréis, pero aproximadamente a mediados del pasado mes de enero os entregamos esta carta para que la leyérais (hubo muuuucho peligro en esa vuelta al cole) (siesqueyaloveíayovenir):



   El Lejano Oriente, a 25/10/2013
De la Oficina Especial de SSMM los Reyes Magos de Oriente
Servicio De Contacto Con Los Padres y Madres Que Antes No Eran Padres y Madres.
A la atención de Dª Madreconcarné y D. Epigrafista

Estimados papá y mamá de Princesa Caradefresa y Princesa Caradeardilla:
               Somos los Reyes Magos. Sabemos que ¡por fin! acaban de llegar a vuestra casa vuestras hijitas después de tanto tiempo esperándolas. Son dos niñas buenas y ya veréis que vais a ser muy felices todos juntos en familia.
Ya sabéis que cada 5 de enero, en lo más oscuro de la noche, nosotros vamos en silencio a casa de todos los niños a dejar unos regalos para celebrar el nacimiento del Niño Jesús y para que vean lo orgullosos que estamos de ellos. Pero a partir de ahora nos va a ser muy difícil hacerlo porque estamos muy viejecitos y cada vez hay más niños que nos escriben cartas pidiendo regalos. No podemos ir a casa de todos. Además, ayer me caí del camello y me torcí el brazo, que lo llevo en cabestrillo (soy Melchor y sí, soy un poco torpe: no pasa nada, cada uno es como es); Gaspar es muy lento porque ya camina con cacha; y Baltasar… ¡nuestro viejecito Baltasar!, muchas veces se le olvida dónde tiene la lista de los regalos. Como veis, ya estamos muy mayores, y necesitamos pediros tres favores muy importantes:
El primer favor es que nos ayudéis a poner los regalos a los niños. Cada padre y cada madre harán nuestro trabajo el día de Reyes: leerán las cartas de sus hijos, y, con la misma ilusión que nosotros, les pondrán los regalos como si fuéramos nosotros mismos. Así todos los niños tendrán sus regales y nosotros podremos descansar. Veremos sus caritas de alegría el día 6 cuando abran sus regalos, porque, ya sabéis, vemos a los niños todo el rato, que para eso somos magos. Ah, este trabajo tiene su recompensa: podéis comeros las galletas y beberos la leche que los niños preparan para nosotros.
El segundo favor es que lo mantengáis en secreto. No se lo podéis decir a vuestras hijas hasta que ya sean un poco mayores y también ellas sepan guardar el secreto. Los niños pequeños no deben saber que nosotros ya no podemos poner los regalos y que ahora son los padres los que nos ayudan porque si no… ¡Qué van a pensar de nosotros! ¿Dónde estaría la magia? El secreto se lo podéis decir solamente si son niñas responsables, que ya pueden entender que nosotros las queremos mucho, y que por eso pedimos ayuda a sus padres, las personas que más las quieren en el mundo.
El tercer favor: ya sabéis que no todos los niños tienen la misma suerte. Algunos no tienen un padre y una madre. Otros, sus padres están enfermos. O no les hacen caso. O, aunque sean unos buenos padres, no tienen suficiente dinero para comprar ni un solo regalo a sus hijos. Por eso necesitamos que vuestras hijas se conviertan “un poquito” en Reyes Magos y compartan algunos de sus juguetes con los niños que no tienen tanta suerte.
Nada más. ¿No es demasiado, verdad? Cuando vuestras hijas se pregunten quiénes traen los regalos, leedles esta carta. Entenderán por qué nosotros hemos confiado en su padre y su madre para hacer nuestro trabajo: porque sois las personas que más las queréis en el mundo y que mejor conocen sus corazoncitos y sabéis ver lo buenas y listas que pueden llegar a ser.
Por cierto, que en nuestra última reunión con Papá Noel, nos dijo que también a él le pasaba lo mismo, así que si pudierais ocuparos de los regalos de Navidad…
P.S. Como sois nuevos en esto de ser padres, os vamos a decir un truco: poneos también regalos a vosotros mismos para que no sospechen.
Un abrazo de los tres Reyes Magos.


Hijas mías:


1.- Tras la lectura de la carta, Caradefresa fue presa de una gran desilusión y al final me musitó en voz baja que si podíamos seguir haciendo como antes. Así lo hemos hecho desde entonces.
Pero entonces no se vale echarme miraditas cuando salen anuncios de juguetes en la tele, ni mandarme indirectas con los catálogos y demás.

2.- Visto que en la carta de este año Caradeardilla les ha preguntado a los Reyes Magos que si estaban bien y si alguno había muerto durante el año, igual nos pasamos un poco. Lo siento. A veces es difícil dar con la medida justa.


Se hace lo que se puede, hijas mías, se hace lo que se puede.

No hay comentarios:

Publicar un comentario