Regresa el Epigrafista de una de sus múltiples sesiones docentes. 
-         Papá, ¿de dónde vienes?
-         De dar clase a un niño.
-         ¿Y qué tal se ha portado?
-         Muy mal. Y no había hecho los deberes.
-         Entonces voy a escribirle un papel que ponga muy mal.
“Niño, muy mal.
Pero tú sí que puedes.”
Se vuelve hacia su padre e inquiere: 
-         Papá, ¿cómo se escribe muchos besitos?
Princesa Caradeardilla, hija mía, tú sí. Puedes dedicarte a la diplomacia. Y ya de paso, a ver si sacas a tu hermana de esos líos en los que se mete ella solita.

Jajajaja. Ahí, ahí. Dando la de cal y la de arena... Me ha molado. Besotes!!!
ResponderEliminarEsta hija mía va a conseguir la paz en Oriente Medio. O algo así.
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