El sábado estuvimos en nuestros dominios palaciego-rurales para poner al día las moradas con vistas al periodo estival.
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| Jackson Pollock |
Un año más, y para regocijo sin fin de los que allí damos brillo y esplendor (fijar, fijamos poco), rememoramos la alta cuna de Conan, trayendo a nuestra memoria a sus ancestros más recientes, complexivamente, a la par que nos ejercitábamos con propia mano en dar lustre y lucimiento. El mismo Conan que se pasó medio invierno haciendo y deshaciendo (con excelentes resultados finales, todo hay que decirlo), ha dejado sobradas huellas de sus andanzas por dichos dominios. Concretamente, hemos descubierto que, además de ser un fiel seguidor de Jackson Pollock (lo que ya conocíamos holgadamente por sus anteriores obras maestras: qué decir de las composiciones del 2012: la crítica ha sido unánime al respecto), se ha agregado con el entusiasmo más arrebatador al movimiento pictórico puntillista, habiendo adquirido tan colosal habilidad para esparcir regularmente los más diminutos puntos de pintura (cuéntanse los tales por millones: un alarde técnico sin parangón), que haría palidecer de envidia a los mismísimos Seurat y Signac. Como artista no convencional que es (declarada le tiene la guerra al academicismo más rancio y reaccionario), no se limitó a los soportes tradicionales, habiendo esparcido los restos de su buen hacer por suelos, muebles, paredes y ventanas, a partes iguales.
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| Puntillismo |
Como bárbaros que somos, y despreciando tanto el valor artístico como el crematístico que pudieren adquirir en un futuro, en aras de un disfrute más directo y prosaico, hemos atacado con furia dichas manifestaciones artísticas, con el fin de hacerlas desaparecer de la vista, habiéndolo conseguido sólo parcialmente, y eso con derroche de fatiga y aceite de codos. Emplazamos a los miembros del clan para siguientes entregas de borrado y restregado. Usted que tiene la posibilidad, no se pierda lo que otros sólo pueden soñar. Adquiera sus boletos cuanto antes.
Mucho nos tememos, sin embargo, que el puntillado de las ventanas, realizado con inquina inusitada y cierta preparación para exteriores que, por las señas, debe haber sido confeccionada con arpones de garrapata genéticamente modificada y lava ardiente de Mordor, permanecerá inalterado, de modo que nada ni nadie podrá evitar que sea admirado por las futuras generaciones. Loas sean dadas a la evolución habitacional azarosa y al arte en general.
Estos eventos han venido en desembocar en una oda agasajante, que, cual canción del verano, será repetida en las sucesivas sesiones de ataque fregador:
Qué Seurat, Seurat, el tiempo te lo dirá… (léase con la conveniente musiquilla tipo Doris Day)
No está de más recordar, a efecto pro memoria, la oda del pasado año:
Canta, oh musa, la cólera de Conan…
Futuros hijos míos: A todos nos gusta pasar unos días de verano en los dominios palaciego-rurales, pero la fama cuesta, y aquí es donde lo empezamos a pagar, con sudor, y más.
Hijos nuestros, he aquí otra obra maestra de vuestra madre. El paralelismo Jason-Conan llega hasta el extremo de dejar de ser paralelismo y de fundir a los dos en la misma figura,pues desde el principio tuve la sensación de que la cabeza de Jason era en realidad la de Conan, además de la postura y de los gestos.
ResponderEliminarQuerido Tom, el Ente deberá también extender la sombra y asombra de su reino sobre los que se pueden nombrar, ¿ no te parece que en realidad lo que está intentando hacer la Madre es sólo desviar nuestra atención?
El Epigrafista