Flashback de los tiempos legendarios, V.
No seré yo quien tache a mi egregia madre la Maestra de incongruencia in terminis (atención, que ahora viene el pero), peeero no sería una hija digna de tal nombre si no señalara o señalase a la hacedora de sus días esos pequeños detalles de su crianza que no se ajustan a la lógica común.
Había en casaCactusafro un enorme cuadro consistente en una fotografía en blanco y negro del Naranjo de Bulnes. Por la cara oeste, si no recuerdo mal (la más difícil de escalar). Cactusafro nunca fue una niña especialmente crecida (para los cánones actuales sería bastante enclenque), por lo que tal vez dicho cuadro no fuera tan grande. Lo acompañaban cienes de retratos del Chacal en veste de montañero intrépido. Y algo debía de hablarse en casa sobre escalada y montañismo, porque si no a qué iba a saber yo desde mi más tierna infancia la mejor ruta para coronarlo, así como el tiempo que se empleaba en la subida por cada uno de los flancos, y que dicho Naranjo no tenía nada que ver con Valencia ni con los cítricos (ahora caigo porqué las niñas de mi cole me miraban raro).
Este era talmente el cuadro. |
Sin embargo mis hermanos mayores tenían orden materna tajante de no dedicarse ni a la espeleología ni al alpinismo, escalada o cualquiera de sus variedades, desde lo más profundo de la tierra, hasta los más altos riscos que rozaren los cielos.
Creo recordar que algún escarceo hubo con la espeleología, pero debió de ser breve (o el interfecto muy astuto ocultando cuerdas y linternas). Sin embargo lo de triscar por peñas y breñas en todas las variantes posibles, estaba a la orden del día.
Quién sabe porqué, a Cactusafro, en un ejercicio de congruencia nunca le fue prohibida ninguna de estas dos cosas (¿torpe yo? Para nada, para nada. Además era una aventurera de élite y me encantaban todos los deportes. Lo contrario son invenciones pergeñadas por mentes resentidas). Quizás por eso Palas Atenea se sintió completamente libre para saquear tumbas y partirse el espinazo por esos oteros de Dios.
Todo esto para decir que no seré menos incongruente que mi madre, sino seguramente mucho más. La congruencia está sobrevalorada. De momento, ya hemos demostrado que no sirve para evitar que tus hijas expolien los cementerios o lleguen de una pieza a la edad adulta.
Futuros hijos míos:
1.- ¿Qué os gusta el montañismo? Pues por eso vivimos en un tercero sin ascensor. Ya me estáis subiendo sin rechistar.
¿Qué os gusta la espeleología? ¡Qué bien! Justo hoy que había que limpiar y ordenar la carbonera.
2.- Se suele decir que hay que tener cuidado con lo que se desea, porque a lo mejor van y te lo dan. Antes de pedir algo, paraos a pensar. Igual van y os lo dan. O lo que es peor, igual la Madreconcarné va y os da lo que ella interpreta que habéis pedido.
P. S. Releyendo un poco, creo que últimamente estoy dejando a mi madre a la altura del betún. Que no Maestra, que no. Que también hubo cosas buenas. No se me puede olvidar cómo jugábamos a la Señorita Pitita.
Acabo de descubrir que se hicieron dibujos animados de la señorita Pitita (Little Miss Buffet), pero no uno, sino varios, y estoy en shock.
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