Sólo puedo hablar por mí misma, así que me temo que voy a ser de lo más parcial. Ya Unamuno dijo algo así como “perdonen que hable de mí, pero es quien me cae más cerca” (vamos, creo que fue Unamuno). No voy a ser yo menos, pardiez.
Existen algunas razones para explicar la conjunción Madreconcarné/Epigrafista, más allá de una alineación planetaria portentosa, de las que sólo se dan una vez en la historia del Universo.
Ya sabemos que la Madreconcarné adolece de personalidad múltiple. Por suerte, además de la impenetrabilidad de la materia y la conservación de la energía, existe la ley del ying y el yang, que si no es ya la primera ley de la termodinámica, debería serlo (a ver si saco un rato para mover las firmas en Change.org).
La Madreconcarné no cocina. La Madreconcarné experimenta. Por suerte el Epigrafista come de todo. Es de las cosas que ya venían educadas de casa y ahí todo el mérito es de AbuBuni. Chapeau, suegra.
La Madreconcarné no se viste. La Madreconcarné se disfraza. Por suerte al Epigrafista lo de las tendencias y las apariencias le trae al fresco. Ni se percata.
La Madreconcarné non è mobile. La Madreconcarné sufre mudas y metamorfosis. Aquí tengo dudas de si obra el natural nimeenterísmo masculino o es porque sus propias obsesiones lo tienen suficientemente ocupado. O que disimula muy bien.
La Madreconcarné no guarda. La Madreconcarné flirtea con el Diógenes. El Epigrafista se alegra tanto cuando se le acaban las pilas y se le proporcionan unas nuevas, inmediatamente y sin salir de casa, que no pone en cuestión los cajones atiborrados y las estanterías al borde del colapso.
La Madreconcarné tiene memoria exótica y vagamente referencial. El Epigrafista es una enciclopedia con dos patas, así que no hay más que abrir la boca y preguntar.
La Madreconcarné tiene una capacidad pulmonar superior al 100%, lo cual explica cierta tendencia al berreísmo incontrolado. ¿Sabes cuando desmontas un aparato y al volver a montarlo te sobra una pieza? Pues yo no sé quién llevó al Epigrafista al taller, pero cuando lo devolvieron le faltaba esta pieza. Pero vamos, que ya va echando callo. Cuatro reuniones familiares más y lo tenemos listo. En la familia de Madreconcarné proferir aullidos rozando el límite de percepción humano (a ser posible acompañados de enfáticos aporreos) y, consecuentemente, tolerarlos, viene de serie. Y los respectivos, o se adaptan, o sucumben.
Imagen tomada del blog tuprofedeinfantil.
Futuros hijos míos: si la Maestra os cuenta que conoció al Chacal en la fontana de Trevi, no os lo creáis, que yo me lo creí durante mucho tiempo (negará haberlo dicho nunca, por supuesto, que ya nos conocemos). Pero vuestra madre y vuestro padre se conocieron en el mismísimo Coliseo. De verdad de la buena.
Buenas! Encantada de conocerte, estoy echando un vistazo y unas risas con tu blog. Y gracias por comentar tu en el mio. Nos veremos por aquí.
ResponderEliminarLa Madre Ninja
Gracias. Cuánto honor que la madre Ninja inaugure los comentarios de la entrada. A sus pieses.
EliminarP.S. consultaré su blog para técnicas ninja. Las encuentro más prácticas que el Krav Maga.