Hijas mías,
no sé si lo recordaréis, pero aproximadamente a mediados del pasado mes de enero os
entregamos esta carta para que la leyérais (hubo muuuucho peligro en esa vuelta al cole) (siesqueyaloveíayovenir):
El Lejano Oriente, a 25/10/2013
De la Oficina Especial de SSMM los Reyes Magos de
Oriente
Servicio De Contacto Con
Los Padres y Madres Que Antes No Eran Padres y Madres.
A la atención de Dª Madreconcarné y D. Epigrafista
Estimados papá y mamá de Princesa Caradefresa y
Princesa Caradeardilla:
Somos
los Reyes Magos. Sabemos que ¡por fin! acaban de llegar a vuestra casa vuestras
hijitas después de tanto tiempo esperándolas. Son dos niñas buenas y ya veréis
que vais a ser muy felices todos juntos en familia.
Ya sabéis que cada 5 de enero, en lo más oscuro de
la noche, nosotros vamos en silencio a casa de todos los niños a dejar unos
regalos para celebrar el nacimiento del Niño Jesús y para que vean lo
orgullosos que estamos de ellos. Pero a partir de ahora nos va a ser muy
difícil hacerlo porque estamos muy viejecitos y cada vez hay más niños que nos
escriben cartas pidiendo regalos. No podemos ir a casa de todos. Además, ayer
me caí del camello y me torcí el brazo, que lo llevo en cabestrillo (soy
Melchor y sí, soy un poco torpe: no pasa nada, cada uno es como es); Gaspar es
muy lento porque ya camina con cacha; y Baltasar… ¡nuestro viejecito Baltasar!,
muchas veces se le olvida dónde tiene la lista de los regalos. Como veis, ya
estamos muy mayores, y necesitamos pediros tres favores muy importantes:
El primer favor es que nos ayudéis a poner los
regalos a los niños. Cada padre y cada madre harán nuestro trabajo el día de
Reyes: leerán las cartas de sus hijos, y, con la misma ilusión que nosotros,
les pondrán los regalos como si fuéramos nosotros mismos. Así todos los niños
tendrán sus regales y nosotros podremos descansar. Veremos sus caritas de
alegría el día 6 cuando abran sus regalos, porque, ya sabéis, vemos a los niños
todo el rato, que para eso somos magos. Ah, este trabajo tiene su recompensa:
podéis comeros las galletas y beberos la leche que los niños preparan para
nosotros.
El segundo favor es que lo mantengáis en secreto.
No se lo podéis decir a vuestras hijas hasta que ya sean un
poco mayores y también ellas sepan guardar el secreto. Los niños pequeños no
deben saber que nosotros ya no podemos poner los regalos y que ahora son los
padres los que nos ayudan porque si no… ¡Qué van a pensar de nosotros! ¿Dónde
estaría la magia? El secreto se lo podéis decir solamente si son niñas
responsables, que ya pueden entender que nosotros las queremos mucho, y que por
eso pedimos ayuda a sus padres, las personas que más las quieren en el mundo.
El tercer favor: ya sabéis que no todos los niños
tienen la misma suerte. Algunos no tienen un padre y una madre. Otros, sus
padres están enfermos. O no les hacen caso. O, aunque sean unos buenos padres,
no tienen suficiente dinero para comprar ni un solo regalo a sus hijos. Por eso
necesitamos que vuestras hijas se conviertan “un poquito” en Reyes Magos y
compartan algunos de sus juguetes con los niños que no tienen tanta suerte.
Nada más. ¿No es demasiado, verdad? Cuando vuestras
hijas se pregunten quiénes traen los regalos, leedles esta carta. Entenderán
por qué nosotros hemos confiado en su padre y su madre para hacer nuestro
trabajo: porque sois las personas que más las queréis en el mundo y que mejor
conocen sus corazoncitos y sabéis ver lo buenas y listas que pueden llegar a
ser.
Por cierto, que en nuestra última reunión con Papá
Noel, nos dijo que también a él le pasaba lo mismo, así que si pudierais
ocuparos de los regalos de Navidad…
P.S. Como sois nuevos en esto de ser padres, os
vamos a decir un truco: poneos también regalos a vosotros mismos para que no sospechen.
Un abrazo de los tres Reyes Magos.
Hijas mías:
1.- Tras la lectura
de la carta, Caradefresa fue presa de una gran desilusión
y al final me musitó en voz baja que si podíamos seguir haciendo como antes.
Así lo hemos hecho desde entonces.
Pero
entonces no se vale echarme miraditas cuando salen anuncios de juguetes en la
tele, ni mandarme indirectas con los catálogos y demás.
2.- Visto que en la
carta de este año Caradeardilla les ha preguntado a los Reyes Magos que si
estaban bien y si alguno había muerto durante el año, igual nos pasamos un
poco. Lo siento. A veces es difícil dar con la medida justa.
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Se hace lo que se puede, hijas mías, se hace lo que se puede. |
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