Sé que no
es digno de mí.
Sé que no
os lo esperabais, amigos.
Sé que no
es modo de romper un largo silencio blogueril.
Lo sé, lo
sé todo…
Y aun así
no puedo abstenerme.
(Nota
mental: practicar más la abstención. Entradas como esta podrían echar por
tierra la estampa tan trabajosa y largamente labrada, cual es sesuda autoridad
bajo delicada y discreta apariencia, que tan hábilmente he conseguido instalar
en el subsconsciente de mis seguidores)
Y si no me creéis, pulsad en la imagen
Hijas mías: lo puedes decir en latín o en la lengua de los indios yanomami, pero sigue siendo una exposición de mierda.
Madre del amor hermoso... Me he quedado sin palabras y mira que eso es complicado en mi caso. Jajajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarYo me quedé como tú.
ResponderEliminarPero claro, no podía callarme...