“Así es la envidia: hasta los perros la pueden tener” (el Epigrafista).
Querido cónyuge: me parece que el estudio del alemán te está cociendo el cerebro.
Futuros hijos míos: no os preocupéis, luego se le pasa.
Futuros hijos míos: no os preocupéis, luego se le pasa.
Futuros sobrinos míos: No, no se le pasa.
ResponderEliminarTB
Que sí, que lo que ahora hace el alemán, antes lo hizo el inglés, y antes el arameo, y antes aún el latín.
ResponderEliminarMiedo me da lo que tiene que venir