Como
si hubiera sido anteayer.
Caradefresa
se encuentra en casa haciendo los deberes. En esta ocasión consisten en revisar
los ejercicios realizados en clase sobre los libros de mates y lengua (malditos
sean los editores que inventaron los ejercicios que se escriben directamente en
el libro e impiden su reciclado a futuras generaciones de escritoincipientes
y/o matemáticoinexpertos. He dicho).
Como
rectificar es de sabios, aunque se me barrunta que no es directamente
proporcional la cantidad de rectificaciones con la extensión y profundidad de
la sabiduría, o, en otras palabras, que también expresarse con sencillez es de
sabios, o sabias, si tienes que rectificar todo el rato, igual es que no eres
supersabio, o sabia, que no savia; como rectificar es de sabios, decía yo con
mi sencillo verbo, pues la tarea arriba mencionada se trata mayormente de
corregir los errores cometidos en la ejecución de los susodichos ejercicios y
subsanarlos, escribiendo la solución correcta en vez de la chuchurría, negro
sobre blanco todo ello.
Hay
que aclarar que se trata de los libros para hacer en clase. Para casa existen
unos cuadernillos de deberes específicos que extienden y perpetúan lo
aprendido, con idéntica metodología (pícaros editores: malditos seáis
doblemente). Así que los libros no salen de clase mas que dentro de un proceso
de repasoyaotracosamariposa que se da un par de veces al trimestre.
Al
grano. Tras una ardua jornada surcada por las actividades más diversas, cuales
teatro, ajedrez, coros y danzas, degustaciones gastronómicas varias, nosentiendeparlaencristianoporcamisera,
yosoyFridaKahlopuntocom, y visitas a todas las musas habidas y por haber en
fila de a dos a la pata coja (se me da
una higa de lo que penséis, que quede claro, y al que de mis lectores se alinee
con las posiciones carafresianas, lo baneo, hombreya), para acabar de coronarla
y como guinda del pastel, la pobre Caradefresa se resistía a encararse con sus
propios errores del pasado. Algo así como la indomable: “suéltame pasado”.
 |
Pero nadie pudo con la indomable |
Pero
eso es porque la indomable no tenía a su madre encima. O que no tenía carné de
madre. Así que si tú porfías, yo más, con lo que la situación estaba
adquiriendo tintes dramáticos, acudiendo a remedios diversos, que oscilan entre
las contemplaciones, los paños calientes, el templado de gaitas, y las no tan
veladas amenazas, si es que nada de lo anterior parecía funcionar. Por supuesto
llega el momento, porque en este contexto ese momento tiene que llegar tarde o
temprano, en que nos abandona la luz de la razón y quedamos a expensas de
nuestros impulsos más primarios. A saber: negación, negación y más negación
(¡pero si esto no está maaaaal! ¡Que la profe se ha equivocaaaaado!). Y si no
funciona la negación, ni el agotamiento del contrario por desgaste, pues
argumentos alternativos. Cuando digo alternativos quiero decir pertenecientes a
un universo alternativo, también llamado mundo de Yupi o
loqueamimeconvieneconunpar.
-
“Es
que, mamá, es culpa del libro.“
-
“¿Culpa
del libro? “
-
“¡Si!
¡Este libro hace las As redondas, igual que las Os.“ (ojocuidao, que estamos
hablando de LETRAS MAYÚSCULAS)
-
“Hija
mía, ¿me quieres decir que en este libro, particularmente aquí y no en otro
libro alguno, las Aes mayúsculas, en vez de hacerlas picudas, las hacen tan sumamente
redondas que las estás confundiendo con Oes mayúsculas? “
-
“Si
mamá. Eso es. “
-
“Esto
no está mal, es que la profe me lo ha corregido mal. “
-
“¿Cómo
te lo va a corregir mal? “
-
“Si,
se ha equivocado. “
-
“¿Se
ha equivocado? Vamos a leerlo. A ver, aquí pone…“
-
“Pone
caramelo. “
-
“No.
Pone calamelo. “
-
“Caramelo.
“
-
“Calamelo.
“
-
“¿Esto
es una r? “
-
“Mmmmm“ (estallando con rabia) “¡Lo
has cambiado tú! “
-
“¿Lo
he cambiado yo? “
-
“¡Sí!
¡Estaba bien escrito! ¡Pero lo has cambiado tú! “
-
“Ah,
entonces, esto y esto y esto otro ¿también lo he cambiado yo? “
-
“¡SI!
¡LO HAS CAMBIADO TÚ! ¡LO HAS CAMBIADO TODO! ¡YO LO HABÍA HECHO BIEN! “
-
“¿Entonces
quieres decir que todos los ejercicios estaban bien hechos y he ido yo a tu
cole para coger el libro y cambiarlos? “
-
“¡SI,
ESO HICISTE! “
-
“Vamos
a ver, Caradefresa. Lo que estás diciendo es que yo, en vez de ir a trabajar,
porque claro, si no estoy trabajando estoy con vosotras, pues en vez de ir a
trabajar esperé escondida, y luego me infiltré en tu cole cuando nadie me veía (a
la imaginación del lector dejo si llevaba puesto el típico traje negro de los
ladrones de postín) (no, qué caramba, lo llevaba. Que sea de marca. Y unos
Louboutin también), y, siempre a
escondidas, llegué a tu clase, busqué tu libro de entre todos los libros de
todos los niños que allí había, lo encontré, saqué un lápiz, y me puse a
cambiar el resultado de los ejercicios, para a continuación dejarlo todo como
estaba, salir sigilosamente, y reincorporarme a mi vida diaria. ¿Es eso? “
-
“¡SI,
LO HICISTE! ¡FUISTE AL COLE Y LO CAMBIASTE! “
-
“Ya.
¿Y eso por qué? “
-
“¡PARA
QUE TUVIERA QUE HACER LOS DEBERES! “
-
“…
Entiendo…“ (léase con tono pausado y acariciándose la barbilla).
¡Hola
Preadolescencia! ¡No te esperaba tan pronto! Pasa, pasa, siéntate. ¿Cómo te va
todo? ¿Quieres un té? Podemos tomárnoslo aquí sentadas, observando el
espectáculo. Mira, por allí van la cordura y la lógica. ¡Ala! Porrazo contra el
muro. ¡Otras dos al montón de espachurrados! Mira, mira cómo la razón salta la
valla y escapa a todo correr… Por cierto, ¿sabes algo de Adolescencia? ¿Crees
que se pasará pronto?
 |
Este té me lo reservo para cuando llegue Adolescencia |
(Nota
mental: tengo que hacerme con un kit de infiltradora profesional. Pero que no
resulte años cincuenta ni motera hortera de anuncio de perfume masculino. Ni
superheroína. Algo así como: Trinity, versión madre.)
 |
Perfecto. Ya puedo ir a la tutoría.
Y cuando salga, a comprar vestidos
princesis.
|
Hijas mías:
1.-
No sólo es de sabios rectificar. También es de sabios rectificar a tiempo. Rectificar
cuando te han vencido y todo está en ruinas no sólo no sirve de nada, sino que
ni siquiera es rectificar. Es un patético intento de disimular en vez de
reconocer la derrota.
2.-
Mantenella y no enmendalla es contraproducente. Aunque pueda tener exóticos
resultados. En serio, es peor.
3.-
No me deis ideas. No os conviene.